Muchos nos planteamos, ¿en qué consiste el pensamiento independiente?, ¿para qué sirve la educación en un sistema capitalista asimétrico?, ¿por qué asimétrico? Los países nórdicos aplican la educación como algo estratégico, a más de 20 años vista, otros países como España, lo cambian cada 4 años.

¿Ayudamos a nuestros estudiantes a disponer de un pensamiento libre e independiente o. por el contrario, a que sean útiles en el mercado laboral en cada momento?

Pienso que ambas visiones son compatibles siempre que dispongamos de políticos y ciudadanos con inquietudes en adquirir competencias y nuevos conocimientos, pido mucho ¿verdad?

Cuando dependes de alguien o de algo de forma irregular, de un puesto de trabajo en donde te han colocado al margen de tus méritos, de una afiliación para mantener tu estómago agradecido, no eres independiente ni tu pensamiento es libre, tienes miedo de perder tu “establishment”.

Los países latinos saben mucho de esto, desde hace mucho mucho tiempo.

Ahora la reflexión del que pudiese pensar de forma independiente: subamos el nivel y exijamos un sistema más democrático mediante listas abiertas para poder elegir a nuestros “gestores”, leyéndonos los programas electorales de cada partido político. Si no han cumplido el 50% el segundo año de gobierno, ¡¡¡bye bye my love por Ley!!!!

Dejémonos del marketing, la imagen, la publicidad, el candidato y vayamos al grano: ¿quién va a pagar la fiesta?

Los unos quieren que pagues todo desde el entorno privado, los otros decirte qué te gastas, en qué, dónde, por qué y cómo, vamos a ver ¿somos o no somos adultos?, en fin, simplemente quiero a las/los mejores en su campo.

¿Y cómo se consigue ese tan anhelado pensamiento independiente?, teniendo inquietudes en la vida, leyendo, observando, escuchando a quienes nos aportan, hablando poco.

¿Y cómo no se consigue ese pensamiento libre?

Reenviando WhatsApp de “Fake News” sin contrastar la fuente de la que ha sido enviada, descontaminándose de medios de comunicación poco objetivos  y aplicando el párrafo anterior.

Quizás, querido lector, pienses que soy un idealista. Lo sería si mi pensamiento fuera algo innovador, una quimera, algo que nunca se hubiese realizado en ningún otro lugar, pero no es así.

Comprueba cómo funcionan los sistemas educativos en Singapur, Finlandia o Japón y, ante la duda, leamos a estos autores españoles que propongo, que nos hablan de valores, de conciencia social, de pensamiento libre y de humanidad.

Nadie es más que nadie, simplemente son confesiones de una persona dependiente.